BENJAMÍN PERET
sus piernas eran tan bellas como un
automóvil derrotado
un auto abandonado como una pierna
que aún sin olvidarse de la otra
no sólo la recuerda sino que la olvida dos
veces para inventarla una sola vez
como si un ladrón tan honrado como ella
pasara las noches y los días
soñando con esa pierna
para adueñarse de la otra
como si sólo así se mirara en ese espejo
y así se convenciera de que era el ladrón
que era
un rimbaud no inmortal un comerciante de
para adueñarse de la otra
como si sólo así se mirara en ese espejo
y así se convenciera de que era el ladrón
que era
un rimbaud no inmortal un comerciante de
oro y de manera
que el oro ya no fuera otra cosa que un
fuego literario
un juego peligroso como una granada en
la mano de un niño
o como si los ángeles y los dioses, y aunque
también las canillas que gotean, fueran
aquella tierra prometida, es decir este
cielo y esta tierra
29-9-2019
constantino mpolás andreadis
que el oro ya no fuera otra cosa que un
fuego literario
un juego peligroso como una granada en
la mano de un niño
o como si los ángeles y los dioses, y aunque
también las canillas que gotean, fueran
aquella tierra prometida, es decir este
cielo y esta tierra
29-9-2019
constantino mpolás andreadis
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