un espejo para despedirse de uno
mismo
en un cuarto de hotel
como tantos y único
como un zapato o una esquina
como un huracán o un arroyo
cosas que pasan
y que sin embargo son eternas
no sólo en ellas
sino sobre todo en las demás
pero el caso es que ese hombre va a
suicidarse
los gatos no se suicidan
ni siquiera los espejos se suicidan
ni los gatos ni los espejos son poetas
y sólo los poetas se suicidan
todo aquél que se suicida es un poeta
y todo aquél que va a suicidarse es un
poema
y si los poemas pueden ser gatos o
espejos
es porque no se suicidan
sólo el hombre es capaz de suicidarse
sólo el hombre es capaz de ser un dios
y aunque también los poemas pueden
ser dioses
los dioses no se suicidan
ni los poemas ni los dioses se suicidan
y si todo aquél que está a punto de
suicidarse es un poema
sólo cuando se suicida es un poeta
los poetas vivos son los poetas muertos
y no hay poeta que no se haya suicidado
alguna vez
y si bien todo aquél que se suicida es
un poeta
y el que está a punto de suicidarse es
un poema
la verdad ya no es otra sino sólo esta
otra
los espejos están ahí para engañarnos
como los paraguas y los cruces de
calles
constantino mpolás andreadis
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