jueves, 28 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA QUÉ - 4 - EL POEMA ES SU LÍMITE



el poema es su límite
más allá de él
no hay nada

salvo el poema
que es él
porque no es él
más allá de ese límite
más allá de él
no hay
nada

sólo que esa nada que no hay
es todo
ese todo
que si es
como es
anterior
a él
es sólo
porque nace de él
y al nacer lo hace
cada vez que nace lo hace
a imagen y semejanza
de él
no sólo
de ese todo
que si incluye a la nada
es porque no es
otra cosa
que todas las cosas
y entre todas las cosas
esa nada
ese todo
que el poema
hecho a imagen y semejanza de sí mismo
es
no sólo antes de ser
sino
sobre todo
después
más allá de él
que no puede
que por él no puede
por ese todo que lo hace no puede
ir más allá
de él

constantino mpolás andreadis

20 POEMAS PARA QUÉ

3
cuando la vi
fue porque la vería después
siempre se ve lo que se ve
no antes ni después
sino siempre después
o sea
en su momento
en su modo
en su madera o rama
en su crepúsculo o sol
pero verla
fue como no ver la luna
sino reflejada en un pozo
en el agua del pozo
como si ella
agua y pozo
no fuera agua
sino pozo
y no sólo pozo
sino sólo agua
así era
porque así sería
exactamente como fue
como sin pasado ni futuro
no era
no sería
sino que sólo
fue en su momento
sólo que ese momento
no fue cuando fue
sino que sucedió
cuando sucederá
exactamente como la describo
literalmente
como me narro en ella
a ella
la exacta
la literal
la literaria
como fin y comienzo
de ella
la de siempre
la que como siempre
nunca fue
ni será
ni
es

constantino mpolás andreadis

martes, 19 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA QUÉ

2
me dijo que sólo tenían libres habitaciones dobles o sencillas, pero me aclaró que el hotel no contaba con otro tipo de habitaciones. le pregunté por el precio, y me contestó que las habitaciones dobles costaban la mitad que las sencillas. no me animé a preguntarle la razón, sobre todo porque se apresuró a contestarme que las habitaciones dobles costaban la mitad de las sencillas porque las habitaciones sencillas costaban el doble que las dobles. entonces tomaré una doble, le dije. él, extrañado, me dijo que eso no era posible, precisamente porque las habitaciones dobles eran para personas solas. está bien, pero el caso es que yo soy una persona sola, le dije. él, cada vez más asombrado, me contestó que cómo me atrevía a mentirle en la cara. es que es la verdad, le dije. discúlpeme caballero, me dijo, pero para nosotros no hay nadie que mienta tanto como aquél que dice la verdad. pero...(no me dejó terminar). lo único que le puedo ofrecer es una habitación sencilla, las dobles están reservadas para personas solas. y es que yo soy una persona sola, insistí. entonces no veo por qué no puede aceptar una habitación sencilla, me dijo. está bien, deme la que quiera, le dije. de ninguna manera, señor, es usted el que tiene que elegir la que más le convenga. entonces elijo la doble. en qué quedamos, caballero, recién me acaba usted de decir que le dé la que yo quiera. bueno, entonces deme la que usted quiera. en qué quedamos, repitió, imperturbable y airado, me dice que elige la doble, después la que yo quiera, después otra vez la doble, y resulta que ahora aceptaría la sencilla. yo le dije que aceptaría la que usted quiera. bueno, le ofrezco la sencilla, pero con una condición, que la ocupe como si fuera una doble, pero que la pague como si fuera una sencilla. yo estaba sacando el dinero del bolsillo cuando, indignado, me señaló la puerta. váyase, me dijo, éste es un hotel respetable

constantino mpolás andreadis

lunes, 18 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA QUÉ

1
jugaba con los labios pintados
jugaba como si tuviera los labios pintados
no sonreía como una mujer ni como un hombre
sonreía como si nada
como si no tuviera nada
o como si tuviera las cartas que tenía
o como si tuviera las cartas que no tenía
a veces ganaba
y otras veces perdía
sólo que él no jugaba para ganar
claro que tampoco jugaba para perder
jugaba para jugar
mientras jugaba el tiempo desaparecía
jugaba como juegan los chicos
pero jugaba como si no le importaran las mujeres
como si las cartas fueran mujeres
y los que jugaban con él los maridos de esas mujeres
y él al jugar los engañaba con ellas
y en el juego era un don juan como tantos
cuando dejaba de jugar era como un marido engañado
un marido que sabía que su mujer lo engañaba con otro
y eso hacía que él la quisiera más todavía
y al hacerse como que no sabía lo que pasaba
eso lo hacía volar como los pájaros y las nubes
eso era el juego para él
más que una diversión un destino
y aún más que un destino una revelación
y esa revelación eran las cartas
y lo que le revelaban las cartas es que la vida
/no era más que un juego
y que él estaba vivo
y que la muerte no era otra cosa que un juego
en el que nadie ganaba
y nadie perdía
y los jugadores eran mujeres
y esas mujeres eran maridos engañados
maridos que las engañaban con ellas
como ellas los engañaban con ellos

constantino mpolás andreadis

domingo, 17 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA NO SER MENOS

20
la historia que se cuenta no es la historia que se cuenta. la historia que se cuenta es la historia que se lee en la historia que se cuenta. si bien los ojos son intermediarios, instrumentos como la lira y la luna, son ellos los que cuentan la historia que se cuenta. son ellos los que cuentan la historia que se cuenta sola. son ellos los que la escriben. son ellos los que al leerla la escriben. y el que la cuenta no es más que una parte de la historia. como la luna y el sol, como los lunes y el agua. la historia es algo más y algo menos que esas cosas. es una cosa que es todas las cosas, y no sólo todas las cosas sino sólo las cosas que la historia cuenta. las cosas que suceden en ella. las cosas que suceden por ella. no sólo las que suceden en ella, sino las que por ellas suceden afuera de ella. y entonces una historia no es más que la página en blanco donde el que la escribe la escribe. donde el que la cuenta la descubre. donde el que la cuenta la lee. y la lee con los ojos de lo que cuenta. y lo que lee no es la historia que cuenta sino la historia que al ser contada la historia inventa. es decir, las historias cuentan cosas que pasan, sólo que para que pasen las inventan. y por eso es imposible contar la historia que se cuenta. y por eso es que la historia que se cuenta es la historia que no se cuenta. y por eso es que la historia se vive. y por eso es que la historia que se cuenta vive no en ella sino en la historia que no se cuenta. y es la historia que no se cuenta no sólo la verdadera historia sino lo que no permite que se la cuente. y por eso es que contarla es no contarla. y por eso es que al contarla el que la cuenta no sólo no nos engaña sino lo que hace es escuchar al que la escucha, leer al que la lee, y escribirla sin escribirla, y sin escribirla escribirla en la historia que se escribe

constantino mpolás andreadis

sábado, 16 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA NO SER MENOS

19
A SUSANA THENON
claro que sí
susana
pero claro
por supuesto que no

porque qué es el poema
sino ese sí
que hay
entre

el sí y el no
y qué es el
poema sino ese

no que
hay entre el
no y el sí

constantino mpolás andreadis

20 POEMAS PARA NO SER MENOS

18
A SUSANA THENON
con anteojos
la linda
sin anteojos
la fea

la fea
linda
y la linda
fea

con anteojos
o sin anteojos
la linda linda

la linda fea
con anteojos sos más linda
susana y sin anteojos no sos linda


ni fea
sacate los anteojos
linda
ponete los

anteojos
fea
con anteojos
o sin anteojos me gustás

cada vez más
linda
fea si fueras

linda cómo podrías
no ser tan fea cómo podrías fea
no ser tan linda tan linda y fea


sos vos
pero son tus
poemas la
que

sos son
tus
poemas los
que vos

escribís porque
escribiste
y los que

escribirás linda
fea con anteojos sin anteojos cómo si no
cómo sin ellos cómo sin voz cómo si vos

constantino mpolás andreadis

domingo, 10 de octubre de 2010

NOTAS - MARIO VARGAS LLOSA - "QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO?" II

12
MARIO VARGAS LLOSA - "QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO"? II
Tengo que reconocer que me equivoqué. Esta novela es de Vargas Llosa desde los norteamericanos hasta García Márquez. Toditita de él, como dirían esos dos grandes por la boca de sus paisanos analfabetos y ricos de hambre. Esta es una novela mulata, una novela mulata de tal, una novela escrita con la pluma del indio en el idioma del Quijote. Una novela escrita con sangre: es decir, con tinta. Una novela novela que es como un día cualquiera en el Perú.
Esta novela que no vale nada sí que vale un Perú!
Es la mejor estatua que conozco del San Martín que nos une.
Es el mejor espejo que conozco de lo que nos separa.
Es el mejor cartel de propaganda que conozco de la verdad que no conozco.
Es, para decirlo de una vez por todas, así como yo quisiera escribir ese poema que me está esperando en ustedes para que lo escriba ayer.
Pero basta, basta por hoy. Si para todo hay término y hay tasa, yo tengo que seguir para quedarme. Tenemos que seguir para quedarnos: no hay movimiento como quedarse aquí.
Si exagero, esta nota no quiere ser más exagerada que un grito de alegría. Después de todo, esta nota es escrita para que se note: tiene un destinatario y un sentido prefijados.
El límite de la exageración es la caricatura. Una exageración convincente tiene que ser equilibrada como un pájaro o como un beso de amor maduro.
Y antes de que me olvide: no se olviden de las novelas de Vargas llosa. Ésta, que es una más, no es una más: es "¿Quién mató a Palomino Molero?".

constantino mpolás andreadis

sábado, 9 de octubre de 2010

NOTAS - MARIO VARGAS LLOSA - "¿QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO?" I


MARIO VARGAS LLOSA - "¿QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO?" I

Aunque me tapen la boca con los codos, voy a hablar hasta por los oídos de esta novela de Vargas Llosa que estoy leyendo.
Mi crítica es una crítica de salón de fondo. Cuidado, mucho cuidado con el aire libre. Mis críticas agradecidas por el disimulo. No hay nada como mirar para otro lado para ver de frente.
Recién ando por el capítulo II y ya me animo a pensar en Puig. Cualquiera puede hablar de una novela después de leerla. Yo sé que es más difícil profetizar el pasado que el futuro. Pero estas cosas no tienen nada que ver con esas cosas: la novela, como dije, es de Vargas Llosa, y se llama "¿Quién mató a Palomino Molero?".
Aquí hago un alto para seguir leyendo. Un intervalo para el cigarrillo. A las mujeres no hay que preguntarles nada porque contestan todo. Yo daría todo el oro del mundo para que los otros tengan razón.
Lo bueno de estas crónicas es que son artículos. Lo pasable de estos artículos es que son articulitos. Lo imperdonable de estos articulitos es que los siga escribiendo.
Si digo lo que digo es porque no tengo nada que decir. Más que una cuestión de estilo es una cuestión de estado. Mi estado, más que grávido, es grave. No soy menos normal que un loco de remate.
La prosa de Vargas Llosa en el Palomino es de tono menor, entre el sainete y la telenovela. Una prosa efímera y eficaz de radioteatro. Una prosa, en fin, ajustada al asunto.
Una novela policial escrita por un peruano y que sucede en el Perú.
Si supieran cómo les miento se darían cuenta que soy tan pobre que no tengo otra cosa para ofrecerles que la verdad.
Lo bueno que tienen estas crónicas es que son breves. Lo malo, lo que no puedo evitar, es que aún siendo breves son demasiado largas.
Por eso es que voy a terminar antes de tiempo y en la página 21 de una novela de 189 páginas ya me siento capaz de recomendárselas con énfasis y de acabar de leerla hasta la última letra con resignación de lector adicto.


constantino mpolás andreadis

viernes, 8 de octubre de 2010

NOTAS - "LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO" - MARIO VARGAS LLOSA

10
"LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO" - MARIO VARGAS LLOSA
De los cuatro o cinco paladines del Boom, Mario Vargas Llosa es el más firme: es menos discutible que el indiscutible García Márquez.
De sus tres novelas centrales, "La ciudad y los perros", "La casa verde" y "La guerra del fin del mundo", yo me quedo con "Pantaleón y las visitadoras" y no me olvido de ese monumento de ejercicio de estilo que es "Conversación en La Catedral".
Sin duda, un maestro cimero de la prosa y uno de los novelistas más importantes de la actualidad. No sé si la literatura española posterior a Cervantes tuvo otro novelista más completo que Mario Vargas Llosa.
Mereció haber pertenecido al siglo XIX. La novela de Vargas Llosa tiene ese prodigio de decoro y vértigo: profundo respeto por la forma, pasión por la trama. No hay nada más acabado que sus experimentos, y su sello que es también su lastre es su perfección.
No necesita envidiar a nadie y sin embargo envidia a los argentinos. Tiene la solidez y la fragilidad de una máquina. No lo oí hablar nunca de Manuel Scorza.
ella fitgerald es la mejor de todas / pero bessie smith es mejor que ella fitzerald

constantino mpolás andreadis

NOTAS - "CRISTOBAL NONATO"-CARLOS FUENTES

9
"CRISTOBAL NONATO"-CARLOS FUENTES

Los grandes fracasos de la literatura de nuestro siglo son las obras maestras de la literatura de nuestro siglo. Es necesario o innecesario añadir ahora a esa larga lista a Cristóbal Nonato de Carlos Fuentes? En las páginas de esa novela puede verse a México desenterrado y entero. Desterrado del águila de su soledad y nuevamente encerrado en la cajita de fósforos de la agonía de su revolución. Para principiar por el PRI no hay que comenzar con el PAN sino con el inagotable petróleo que la inagotable mordida de los caciques se repartió. El petróleo para los caciques y para los mexicanos el smog! Viva México para vivir de los mexicanos! Y el terremoto fue que el petróleo se acabó. Con los excesos de esta pérdida inacabable construyó Carlos Fuentes esta novela imperfecta. Rústicamente aristocrática, decorativa y esencial como una mariposa, esta novela es el Tlatelolco del calambour, el adiós a la cucaracha de Robbe-Grillet. Lo que tiene de Gregorio Samsa es ese adiós: la pantera de la palabra liberada del templo de su sentido para transformarse en un Kafka que escribiera como James Joyce pero en el castellano de Carlos Fuentes y con la exactitud de Octavio Paz. Nada tan pasajero como este monumento al esperpento. Y nada tan acabado como este borrador que se va borrando a sí mismo hasta no ser más que una hojita pero esa hojita es un árbol y lo que queda de ella es el viento. Terremoto y exceso son los dos límites verbales entre los que se mueve el rinoceronte de una moraleja de polvo. Fábula porque sí, fábula vana, como la vana fábula del mundo. Grillo de la verdad, tu música es visible gracias a nuestros ojos. Gracias, Carlos Fuentes, por la batalla perdida de antemano de esta verdad a medias que nos mira sin ojos.

constantino mpolás andreadis

jueves, 7 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA NO SER MENOS

17
como suele decirse de los hospitales
o como sucede con las guitarras y los ríos
los veranos son retórica pura
al igual que ciertas corbatas
sobre todo cuando no son sombreros
cuando las corbatas no son coloradas ni sombreros
y tienen que resignarse a ser corbatas
y otras veces sombreros o coloradas
con las corbatas acontece lo mismo que con los
/sombreros
no son corbatas
ni siquiera triciclos
si por lo menos fueran triciclos
o corbatas
o incluso sombreros
el mundo no sólo no dejaría de girar
sino que seguiría siendo azul como una naranja
las comparaciones son enojosas
pero la verdad es que las naranjas no son
/hospitales ni bañeras
y si fueran naranjas
cezanne hubiera pintado manzanas
y van gogh girasoles
y picasso guitarras y no pipas
como magritte
que para no pintar una pipa
pintaba una pipa
o un hombre sin cabeza
o una mujer desnuda como una cebolla
infantil como una cebolla
comestible como una sonrisa
inútil como una cebolla
y llena como un tranvía
y vacía como un piano
o amarilla como la luna
o desnuda como un guante
como una mano
como un río
como una botella?

constantino mpolás andreadis