bruscamente
encendida por mi
s manos ya
soy el perseguido la p
ersistencia
de una persecución
imposible
la iglesia de cenizas de
la posesión
la silenciosa música de una flor abierta
como esa
mano que para dispersarnos
nos une en
un adiós que nos devuelve
vacíos de
nosotros pero llenos
de lo que
nos espera o nos persigue
a nuestra
soledad alimentada
por la fe
en el reencuentro
constantino mpolás andreadis
constantino mpolás andreadis
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