jueves, 11 de octubre de 2012

NOTAS - STEPHEN KING


STEPHEN KING

      La literatura de Stephen King tiene su lugar en la literatura. Si toda la literatura fuera como la literatura de Stephen King la literatura de Stephen King no sería literatura. Pero si la literatura no tuviera un lugar para la literatura de Stephen King o estaría muerta o no valdría la pena.
   
     No quiero decir con esto que la literatura de Stephen King sea gran literatura. Lo que quiero decir es que su literatura es como la ciudad de Nueva York y sólo pudo ser escrita en Norteamérica.
   
      Lo que quiere esta literatura es que la novela policial continúe viviendo. No tiene la sutileza de una Patricia Highsmith, porque Stephen King no es Patricia Highsmith ni Wilkie Collins.
      
      No tiene nada de malo que sea un best seller. Stephen King es de los autores que abren un camino para ellos solos y para que los demás no se pierdan.
    
     Sus novelas entretienen como una partida de naipes y no hay nada más diferente ni más parecido al ajedrez que este juego de uno donde ganan todos menos su inventor que ya es millonario.
   
     Tal vez Stephen King escriba para ganar dinero. Sus novelas son el mejor ejemplo de que no hay que escribir para ganar dinero. Sobre todo porque Stephen King ha ganado tanto dinero con sus novelas que seguramente ya no tiene tiempo para gozar de ese dinero porque le falta tiempo para escribir y si no escribiera se moriría.

      Yo no estoy muy seguro de lo que estoy diciendo pero estoy seguro de que si de algo estoy seguro es de lo que estoy diciendo sin estar seguro.

     Claro que yo siempre voy a preferir a Beckett y a Gómez de la Serna. Pero permítanme que les diga que las novelas de Stephen King hacen legible al Finnegan.

      Por supuesto que estoy de acuerdo con que estas novelas son demasiado largas. Tan de acuerdo como de que si fueran más cortas serían más largas.

      Antes de despedirme hasta mañana, pido disculpas por esta prosa de saltimbanqui y por reincidir escribiéndola.

     
constantino mpolás andreadis 

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