martes, 19 de octubre de 2010

20 POEMAS PARA QUÉ

2
me dijo que sólo tenían libres habitaciones dobles o sencillas, pero me aclaró que el hotel no contaba con otro tipo de habitaciones. le pregunté por el precio, y me contestó que las habitaciones dobles costaban la mitad que las sencillas. no me animé a preguntarle la razón, sobre todo porque se apresuró a contestarme que las habitaciones dobles costaban la mitad de las sencillas porque las habitaciones sencillas costaban el doble que las dobles. entonces tomaré una doble, le dije. él, extrañado, me dijo que eso no era posible, precisamente porque las habitaciones dobles eran para personas solas. está bien, pero el caso es que yo soy una persona sola, le dije. él, cada vez más asombrado, me contestó que cómo me atrevía a mentirle en la cara. es que es la verdad, le dije. discúlpeme caballero, me dijo, pero para nosotros no hay nadie que mienta tanto como aquél que dice la verdad. pero...(no me dejó terminar). lo único que le puedo ofrecer es una habitación sencilla, las dobles están reservadas para personas solas. y es que yo soy una persona sola, insistí. entonces no veo por qué no puede aceptar una habitación sencilla, me dijo. está bien, deme la que quiera, le dije. de ninguna manera, señor, es usted el que tiene que elegir la que más le convenga. entonces elijo la doble. en qué quedamos, caballero, recién me acaba usted de decir que le dé la que yo quiera. bueno, entonces deme la que usted quiera. en qué quedamos, repitió, imperturbable y airado, me dice que elige la doble, después la que yo quiera, después otra vez la doble, y resulta que ahora aceptaría la sencilla. yo le dije que aceptaría la que usted quiera. bueno, le ofrezco la sencilla, pero con una condición, que la ocupe como si fuera una doble, pero que la pague como si fuera una sencilla. yo estaba sacando el dinero del bolsillo cuando, indignado, me señaló la puerta. váyase, me dijo, éste es un hotel respetable

constantino mpolás andreadis

No hay comentarios:

Publicar un comentario