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jugaba con los labios pintados
jugaba como si tuviera los labios pintados
no sonreía como una mujer ni como un hombre
sonreía como si nada
como si no tuviera nada
o como si tuviera las cartas que tenía
o como si tuviera las cartas que no tenía
a veces ganaba
y otras veces perdía
sólo que él no jugaba para ganar
claro que tampoco jugaba para perder
jugaba para jugar
mientras jugaba el tiempo desaparecía
jugaba como juegan los chicos
pero jugaba como si no le importaran las mujeres
como si las cartas fueran mujeres
y los que jugaban con él los maridos de esas mujeres
y él al jugar los engañaba con ellas
y en el juego era un don juan como tantos
cuando dejaba de jugar era como un marido engañado
un marido que sabía que su mujer lo engañaba con otro
y eso hacía que él la quisiera más todavía
y al hacerse como que no sabía lo que pasaba
eso lo hacía volar como los pájaros y las nubes
eso era el juego para él
más que una diversión un destino
y aún más que un destino una revelación
y esa revelación eran las cartas
y lo que le revelaban las cartas es que la vida
/no era más que un juego
y que él estaba vivo
y que la muerte no era otra cosa que un juego
en el que nadie ganaba
y nadie perdía
y los jugadores eran mujeres
y esas mujeres eran maridos engañados
maridos que las engañaban con ellas
como ellas los engañaban con ellos
constantino mpolás andreadis
lunes, 18 de octubre de 2010
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