sábado, 24 de octubre de 2015

LAS HUELLAS DEL ORIGEN - 25 - A MEDIDA QUE ESCRIBÍA


a medida que escribía
no sólo lo que escribía se iba volviendo irreal
sino que era irreal
tan irreal como la escritura misma
su escritura
mi escritura
esa escritura que se volcaba en lo que escribía
como si al cubrirlo no sólo lo borrara
sino que lo escribía como si no lo escribiera
como si lo que escribiera fuera otra cosa
y esa
otra cosa
lo real de esa irrealidad
lo real de su irrealidad
de esa
su irrealidad
que si era como era
no sólo lo que lo hacía real
sino que era
lo real de él
lo único
real de él
era porque lo que escribía
lo que la escritura escribía
lo que mi escritura escribía
no era
otra cosa
que el acto
de escribir
el mero acto de escribir lo que escribía
y si terminaba como terminaba con él
era así como lo que escribía empezaba
desprendiéndose de él
desprendiéndose de la escritura
desprendiéndose de su escritura
para ser
lo que era
ya no sólo
lo escrito
sino sólo
lo que dejaba lo escrito
lo que dejaba la escritura
eso que dejaba la escritura
esa escritura que dejaba la escritura
y que era
no lo escrito
no ya
lo escrito
sino
la escritura
la escritura
de lo escrito
esa
escritura
su
escritura
la escritura
de lo escrito
que lo escrito
continuaba
como si así
la empezara
como si así
empezara
lo escrito
a ser
lo escrito
es decir
lo no escrito
lo todavía
no escrito
lo que tal vez
no sería
por lo escrito
nunca
jamás escrito


constantino mpolás andreadis







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