sábado, 19 de abril de 2025

POEMAS IV - 87

 

ISMAEL


por fin tomó el camino que lo llevaba a la ballena

cuando sintió que el camino era un río:

no un mar

sino un río 

donde la ballena sonreía 

(se sonreía 

le sonreía)

como invitándolo a huir

hasta ser el fantasma de esa huida que lo llevaba a él:

como si él fuera ahora el camino:

ese camino que lo llevaba a ella

que ahora 

y por ella

era él

reflejado en el fantasma de la ballena

como si ella fuera ahora un arpón 

y ese arpón 

que también ahora no era otro que él

se clavara en su pecho hasta encontrarlo y perderlo

y volver a encontrarlo

y volver a perderlo

así como el camino se perdía 

en ese fantasma que lo miraba con los mil ojos de la ballena

que ahora no sólo lo narraba

sino que lo empezaba de nuevo

como si el pañuelo con que se secaba el ahora torrencial sudor

no fuera la gaviota que era sino el mar:

el mar

ese otro río 

ese río que corría indiferente como una espada muerta


20-4-2025


constantino mpolás andreadis 



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