sus ojos queman
como la luna:
duelen
como los espejos:
respiran
como el otoño:
hay un último pájaro
una hojita
un ojo:
las estrellas son manos
que piensan como guantes:
manos desnudas
como los ojos de la noche:
desnudas y húmedas
como las hojas y los pájaros:
se apagan y se encienden
como los faros
de los coches
distraídos y atentos
superfluos y exactos
que pasan
como si pasaran
como si ellas
no existieran
ajenos
y de nadie
y súbitos
y suyos
26-4-2008
constantino mpolás andreadis
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