FICCIONES
contar es contar la verdad. aunque
mientas, porque contar es mentir, contar no es otra cosa que contar la
verdad
descríbame ese árbol hasta que deje
de ser árbol, hasta que sea otra cosa. es decir: descríbame ese árbol hasta que
ese árbol sea un árbol, hasta que sea ese árbol. no otro, sino ese árbol. si no
lo logra, tache y empiece de nuevo pero después de un tiempo. para que ese
árbol sea ese árbol y no ese árbol, se necesita que se lo describa con la
exactitud de un loco y con la inocencia de un matemático
-qué estás pintando
-ese árbol de ahí
-y para qué lo pintás si ya está ahí
-pero ese árbol que pinto yo no lo
pinto ahí sino aquí
-ah
-y cuando termine de pintarlo me lo
llevo
-¿a ese árbol de aquí?
-no, a ese árbol de ahí
-ah
la ficción está más cerca de la
verdad que de la realidad
y la realidad está más cerca de la
ficción que de la verdad
uno pinta lo que está del otro lado de la realidad. es decir, uno no puede hacer otra cosa que pintar la realidad
los cuentos se escriben para que
pasen. para que lo que se cuenta haya pasado. no ahora, sino en su momento. en
cualquier momento, pero sobre todo ahora
escribir es ahora y es cualquier
momento. todo momento, cada momento. escribir es escribir a cada momento. no
escribir nunca sino en ese momento que es cada momento y es cualquier momento
pero siempre ahora
los cuentos no se escriben para ser
leídos sino para ser contados. los cuentos no se escriben para ser contados
sino para ser vividos. la verdad es que se escriben para escribirlos. la única verdad es que si
no se los escribiera no pasaría nada pero se detendría el tiempo
necesitaría cinco manos para poder
tocarte con mil dedos
cuántas manos se necesitan para
tener una sola
una sola de tus manos tu cuerpo
entero
con uno solo de tus dedos podría
tocar las estrellas
constantino mpolás andreadis
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