AL MISMO
el equilibrio
del poema
no sólo es
inexacto
sino
transparente y cambiante
como una rosa
lasciva
la lección de
sus pétalos
son copas agudas
como espadas
piedras azules
rítmicas
como pireos o
bañeras
no hay por qué
sorprenderse
mis hábitos son
los de otro
yo no tengo la
culpa si berisso
yo qué tengo que
ver yo sólo escribo
y el poema no
tiene parangón tiene gato encerrado
tomates y terrazas
el poema en fin
y por las dudas no tiene corolario
sino exceso partes y modos música y relojes
años y siglos
constantino mpolás andreadis
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