siempre tenemos que comparar cosas distintas una misma cosa nunca es
igual a sí misma y si lo fuera sería porque esa cosa es dos cosas una puerta
abierta una camisa abierta los ojos
abiertos de esa camisa cerrada por esa mano que se agarra a un picaporte o a un
abanico o a una pollera y cose con los ojos lastimados sin ton ni son sin
principio ni fin ese botón perdido que se encuentra cuando la camisa ya no está
cuando lo que se busca es una llave o una fotografía o el libro que tenemos
delante de nuestros ojos ese libro que tendremos que escribir para dejarlo en
blanco ese libro que fue escrito tantas veces y leído y releído tantas veces
que ya nadie puede decir qué es lo que dice es como un pozo de agua como el
ruidito que hace una piedra que tiramos en ese pozo como esos hongos que
aparecen en las paredes de ese pozo y como esa cara que el agua te revela o te
roba o te regala o te inventa o te describe o te lava o te salva o te libera de
tu propia cara que es esa cara que la piedra atraviesa hasta que pierdo el hilo
en el pozo de ese ruido que me lleva a otra cara a otra llave a otro botón a
otra fotografía a esa mano que tiembla y que no puede pasar el hilo por el ojo
de la aguja
constantino mpolás andreadis
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