ODISEA
qué detenida en todo y qué cambiante es todo lo que tocas sin
tocarlo qué detenida esa mano que ahora mueves y en la que me sumerjo hasta
beberme hasta olvidar tu rostro que ahora veo lleno de mí vaciarse hacia mi
rostro y hasta dejarnos vacíos y saciados de lo que nos espera de lo que
alcanzaremos con esos ojos que ya no nos conocen que nos deben la luz que les
debemos
constantino mpolás andreadis
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