iluminado por el tenedor
el plato se rompía:
tan ilimitadamente se rompía
que más de una vez era un espejo:
las veces en que los platos y los espejos
dormían como pájaros o voces:
pasos que van a dar al mismo rumbo:
cuadros que se descuelgan de las paredes como las gaviotas del mar
ese lugar donde hasta el tiempo es un tenedor y la eternidad más que un
paso en falso no más que una mesa a la que le falta una pata para
no ser un ojo
22-6-2024
constantino mpolás andreadis
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