jueves, 25 de abril de 2024
POEMAS III - 164
era tan alta
que hasta para erguirse tenía que
agacharse:
supongamos que fuera una mujer
que si bien también podría haber sido
un hombre
o una botella
era porque era una mujer
tan íntegra e inhabitable como una
salamandra o un espejo:
el poema no necesita de estos jueguitos
para ser lo que es
pero sí las palabras que lo hacen:
las palabras que lo hacen sin palabras
necesitan apoyarse en cosas como éstas
no sólo para que el poema sea legible
sino para que el mundo
el vario
y vasto mundo
pueda seguir girando como giran
no sólo las estatuas y las calesitas
sino los cuadros y las modelos y los días
bisiestos:
claro, por supuesto, también las bicicletas
y los tranvías que ya no pasan
27-2-2019
constantino mpolás andreadis
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