sábado, 10 de marzo de 2012

NOTAS - ¡PERO ESTO ES UN PIANO! – (“EL ÚNICO LUGAR POSIBLE” de SALVADOR GARMENDIA)



¡PERO ESTO ES UN PIANO! – (“EL ÚNICO LUGAR POSIBLE” de SALVADOR GARMENDIA) 
Pulverizo mi pluma. Pájaro de una sola pluma, me someto al soneto. Es decir, me entallo y me enarbolo, me sobrevuelo, me sobrevaloro, me como las uñas, cierro los ojos y leo. Porque para leer no hace falta entender sino olvidar. Dar un paso adelante sin saber (y espantando a la mosca de la rima) cuál es el adelante de este inconstante disfraz. Porque tampoco se trata de retroceder, sino más bien y oscuramente de olvidar. Salvador Garmendia se murió en el 2000, de cáncer de garganta y a los 72. Fue mencionado en el Boom, ese Bang Bang. Y si digo bang bang, es porque es más fácil que decir tsé tsé. Por si las moscas, volvamos al refugio de la rima, ese rimmel, esas ojeras. Estoy hablando, y aunque nadie se vaya, para aquél que se fue, y ahora cómo hago, cómo le digo de qué le estoy hablando, yo qué tengo que ver sin ella o él. Pero por las dudas o las ramas, y a la envidia la dejaremos por ahora, ya que no para siempre, debajo de la alfombra o de la cama, a mi manera, a mi magna manera (si por lo menos fuera faulkeriana!), les diré, sencillamente porque lo estoy haciendo, que mi dibujo de hoy, que mi menú del día (casi digo minué; y ahora casi digo Sinhué, el egipcio; o Simbad, el marino; o vaya uno a saber) es “El único lugar posible”, novela, novela que lo que tiene de novela es que no lo es. Para ser novela le falta distracción. Y para ser poema, concentración. Entonces, convengamos, ¿esta pipa qué es? Les contesto (esperen que encienda la pipa, siempre se me apaga esta pe): lo que es “el gran vidrio” para ustedes, las enseñanzas de Duchamp, el abandono de la pintura por el ajedrez. Para ponerlo en blanco y negro: digamos que es una mezcla de Claude Simon y de Robbe-Grillet. No sé si me explico: Garmendia es decorosamente original. El chateo es el chocheo de los adolescentes y de los que ya van para viejos. Per saltum: Felisberto Hernández.-


 constantino mpolás andreadis 

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