a las historias hay que contarlas dos veces
para que sean verdaderas cuando se las inventa
es decir como y cuando sucedieron
porque una historia que no sucedió
no sólo no puede ser contada
sino que no merece ser contada
y mucho menos
una historia que no sucedió
no puede ser inventada como se debe
es decir desde el principio hasta el final
y aunque una historia inventada no se termina nunca
su principio es el principio de la historia real
que aunque no tenga ni principio ni fin
si es tan verdadera como la otra
es porque las dos son inventadas
y si son inventadas es porque son reales
y porque sucedieron como se las cuenta
y porque se las cuenta a medida que se las inventa
y se las inventa a medida que se las cuenta
claro que para esto tiene que haber un oyente
un oyente
o un lector
sin ese tercero en discordia
no hay historia que valga
ni invención verdadera
pero lo que no hay
sobre todo
es esa segunda vez que es la primera
y que si es la primera
es no sólo porque no es la última
sino porque no es la primera
ni la primera ni la última
sino sencillamente la segunda
la que pone las cosas en su lugar
y su lugar en su tiempo
que no es otro
que el tiempo de su narración o su lectura
o sea
el tiempo de las palabras que la inventan
y al inventarla se borran
para que la historia suceda
no exactamente cuando se la inventa
sino precisamente cuando sucedió
como si el acontecer de la historia fuera su recuerdo de ella
y su narración o su lectura
su tiempo preciso
y su espacio exacto
el tiempo y el espacio
de su propia invención
constantino mpolás andreadis
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario