jueves, 1 de octubre de 2009
NOTAS - "ROSAURA A LAS DIEZ" DE MARCO DENEVI
"ROSAURA A LAS DIEZ" DE MARCO DENEVI
Este es un libro clásico. En nuestra modesta aunque infinitamente rica literatura, "Rosaura a las diez" es un libro clásico. Es el primer libro de Marco Denevi: un primer libro que es un último libro. Tiene de Bioy Casares lo suficiente para diferenciarse de Borges. Si sin ellos posiblemente no hubiera sido escrito, este libro es único como cada una de las hojitas de un árbol. Marea como una calesita, no como el asomarse a un precipicio. Tiene la sencillez de un gorrión, y honduras de tango y de radioteatro. Más cerca del daguerrotipo que de la fotografía, es un cuadro pintado por un pintor de domingo. Como cuando se va el circo, pero antes de irse. El circo que un chico mira desde afuera. También como los juegos de la plaza en un día de lluvia. Y más que lo que se ve en el cine, lo que se ha visto en el cine cuando se va saliendo del cine. Lo perdido para siempre y lo conservado para siempre. Nunca se sabe cuál es la diferencia entre la ganancia y la pérdida. Porque nunca se pierde lo que se pierde. Porque sólo podemos tener lo que perdimos. Porque dar un paso adelante es dar un paso atrás. Porque es imposible dar un paso adelante sin dar un paso atrás. Porque sólo es posible lo imposible. Porque sólo es posible lo posible. Porque todo es imposible o nada es imposible. Porque los límites nos tornan ilimitados. Porque acatar las reglas es transgredirlas. Porque cada tanto viene bien perderse en los ojos de una muchacha. Porque no hay Parque Japonés como los ojos de una muchacha. Porque no hay Boca y Ríver como los ojos de una muchacha. Porque no hay Metafísica de Aristóteles como los ojos de una muchacha. Lo dijo Marechal y lo repito: "el que no muerde ahora sus uvas de furor / las morderá otro día con los dientes más flojos".
El mundo de "Rosaura a las diez" es el mundo de todos los días y es un mundo eterno. Pertenece más a la poesía que a la geometría, y tiene de la geometría lo que ésta tiene de poesía. Sabemos lo que le pasa a un ovillo de hilo en las manos de un gato, pero no sabemos lo que le pasa al gato. Es un gato, decimos, nada más que un gato. Y ésta es una novela, nada más que una novela.
constantino mpolás andreadis
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