POEMAS II - 821

lo siguió
lo seguía
como si esas huellas
fueran rasgos:
rasgos de un rostro perdido
perseguido
por sus rasgos:
y aún así
fue que él se empecinó
en seguirlo
en seguirse:
como si el otro
el buscado
fuera él:
y como si él
ya invisible
fuera aquel
invencible otro
su espejo
sus pasos:
esos pasos que ahora eran sus huellas
las huellas de las que él se despedía
para ir a donde iba
al silencio
a la voz
a esa voz tan llena de silencio
que así era como tampoco la veía
como si lo que viera
al no verla
fuera
su propio rostro
su rostro
como espejo del otro
del perseguido
ese él
que así era como así se perseguía
se continuaba
en la persecución
de la que nacía y renacía
él
el perseguido
por sus propias huellas
por sus propios pasos
los de él
los de ese otro
que así
al perseguirlo
era como era
él
no otro
que ese otro
que por él
era él

3-9-2018

constantino mpolás andreadis