POEMAS - 510 - EL POETA

EL POETA

estaba sentado, conversando conmigo, y de pronto se desplomó. pero lo que lo venció no fue otra cosa que la silla vencida. en resumidas cuentas: lo que lo venció fue el peso de la silla vencida por su peso. de otra manera, y como siempre, baudelaire vuelve a tener razón: no el cuervo, pero tampoco el albatros, sino el cuervo que anida en todo albatros, como si el cuervo no fuera el corazón del albatros sino su cabeza. y más que su cabeza el nunca más de sus alas, el ahora y aquí de sus alas. o ese otro cielo, el infierno, la cubierta del buque, la mofa de los marineros, la rosa de la rudeza, el rocío del poderío de la fragilidad del cristal                                              



constantino mpolás andreadis