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al narrar lo que narran
las palabras se narran
y al narrarse son otras
porque deben ser otras
las historias son sus propios modelos
y el narrador no es otra cosa que un espejo
un espejo que es un río y una piedra
un río que corre como una piedra inmóvil
como un cielo que sueña
y su sueño es la tierra
y su sueño es el aire
y su sueño es el fuego
y las cuatro estaciones no son una
ni dos como los puntos cardinales
que si también son cuatro
lo son porque son tres
y son tres como el agua
y son tres como el aire
y son tres como el fuego
y tres como la tierra
pero la narración continúa
si lo narrado se termina
es porque la narración continúa
su narración continúa
y al continuarse lo empieza
y entonces las palabras se repiten
como si fueran nuevas se repiten
como dichas o escritas por primera vez se repiten
como en un espejo se repiten
y lo nuevo de ellas es la narración
recién entonces lo nuevo de
ellas es el que las escribe o las lee
constantino mpolás andreadis
lunes, 16 de noviembre de 2009
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