te busqué en el mercado de esclavos
y no estabas ahí
te busqué en los escaparates
entre las prostitutas
y no estabas ahí
entonces te busqué donde no estabas
no en el mercado de esclavos
y tampoco entre las prostitutas
ni entre las vendedoras de labios rojos
ni en las verdulerías
ni en las iglesias
en esos lugares
no te podría encontrar
y yo estaba apurado
y no tenía tiempo que perder
perdí tanto tiempo buscándote
que sólo me quedaba la eternidad
y de ella
sólo un poco
por eso es que te busqué donde no estabas
y entonces te encontré
y te perdí
te encontré en el mercado de esclavos
y te encontré entre las prostitutas
y entre las vendedoras de labios pintados
y en las iglesias
y en los bares
te encontré en las verdulerías
y en los salones estrechos
y en los amplios
sentada al lado mío en el colectivo
y mirándome desde la ventanilla de un taxi
y en todos esos lugares te encontré
y te perdí
sólo que esta vez te perdí para siempre
y aunque te siga buscando y encontrando
ahora sé que te volveré a perder
y te volveré a buscar
y a encontrar
sólo ahora lo sé
recién ahora lo sé
y lo sé como lo supe desde siempre
desde el momento en que te conocí
y aún antes
siempre supe que para encontrarte te tendría que inventar
y lo hice
y al hacerlo te perdí
para no perderte
para encontrarte
debí haberme resignado a no encontrarte
a buscarte
sin esperanzas
y ya ves
no lo hice
y ahora
lo único que me queda es continuar buscándote
donde estás
y donde no estás
y volver a inventarte
y volver a perderte
así como así
como si no te buscara
como si no me importaras
como si no te quisiera como te quiero
como si no fueras
mi único amor
como si nos paseáramos del brazo
y tuviéramos una casa
y tuviéramos o no tuviéramos hijos
constantino mpolás andreadis
jueves, 23 de julio de 2009
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